Vamos a hacer referencia en esta presentación a una situación muy particular, que es el cáncer de cuello uterino y que anticoncepción podemos valorar en esta situación tan comprometida para la mujer. En España se producen 2000 casos nuevos cada año. Y a diferencia de otros muchos cánceres sabemos cuál es el agente etiológico, la causa que produce el cáncer de cuello. Y es el virus del papiloma humano. Una de cada tres mujeres en algún momento de su vida ha sido portadora de este virus. Algunas mujeres con su inmunidad natural van a poder eliminar el virus, y otras mujeres van a hacer que persista la enfermedad. El 90% de las mujeres serán las que son capaces de eliminarlo de forma espontánea con la inmunidad natural, y el 10% van conservar el virus. De forma persistente haciendo que se pueda desarrollar la enfermedad. ¿Por qué ha descendido la mortalidad de este cáncer, que era un cáncer muy prevalente, o sea muy frecuente en la sociedad, no solo en nuestra sociedad sino en el mundo? Ha sido gracias a dos factores. El primero, la prevención primaria, que es evitar que aparezca por medio de la vacunación del virus del papiloma humano, que se ha demostrado que es altamente eficaz, muy segura, no tiene ningún efecto secundario y el único problema de esta vacuna es que quizá hallamos informado mal a la población, lo que ha dado lugar a que surjan muchos e incluso mitos que se están convirtiendo en tabúes con respecto a esta vacunación, que repito es muy segura y muy eficaz. El segundo factor que nos ha llevado al descenso en la mortalidad, ha sido el diagnóstico precoz, que afortunadamente se viene realizando desde hace ya muchos años, desde mediados o en la segunda mitad del siglo XX, con la citología cérvico vaginal y la colposcopia. La citología, que es conocida por casi todas las mujeres, que se trata de tomar una toma del cuello y de la vagina, fundamentalmente de las células del cuello. Y apoyándonos en otro método que es la colposcopia, que lo que hace es que podamos visualizar el cuello como con aumentos, como con un microscopio. Entonces, ¿Por qué es importante que diagnostiquemos, si es que al lugar el cáncer de cuello en estadios precoces, en lo que llamamos lesiones precursoras? Porque se puede curar. Hasta hace poco parte del tratamiento del cáncer de cuello suponía que la mujer se sometiera a lo que llamamos una histerectomía, que es la extirpación del útero con el cuello incluido, haciendo imposible que se produjera una futura gestación. Actualmente como diagnosticamos esas lesiones precursoras del cáncer de cérvix en las mujeres jóvenes con deseos de gestación, les ofrecemos la posibilidad de realizar una conizaciòn cervical, que es extirpar la parte del cuello donde asienta la lesión precursora del cáncer. En los carcinomas en estadios precoces a veces hay que hacer una cirugía que llamamos radical, con extirpación incluso de ganglios y realizando una radioterapia a nivel de la pelvis. Esto lo que asegura es una excelente supervivencia, pero puede alterar la fertilidad posterior. Ya hace unos años un ginecólogo francés Daniel Arjan propuso una técnica quirúrgica que se llama traquelectomìa, y es una modificación de la histerectomìa radical, que se efectúa por vía vaginal y conserva la capacidad de gestación. Tras realizar esta intervención se aconseja un periodo mínimo de seis meses en los que la paciente no debe quedarse embarazada. Entonces, el consejo contraceptivo idóneo en esta etapa, en estos seis meses serán los anticonceptivos hormonales, que utilizados adecuadamente suponen tener un 100% de efectividad. También en el transcurso de esta presentación vamos a hacer referencia a otro de los cánceres ginecológicos que pueden afectar la fertilidad, y es el cáncer de ovario. En España hay 3000 casos nuevos cada año. La incidencia es de 3000 casos al año y supone además la primera causa de muerte por cáncer ginecológico, y la sexta con respecto al total de los cánceres. La supervivencia a 5 años de este tipo de cáncer en el estadio 1, o sea un estadio precoz, se acerca al 90%, mientras que si los diagnosticamos en estadios más tardíos va a oscilar entre el 20 y 30%, y va a representar el 4,8% del total de los fallecimientos por cánceres en mujeres en España. Tenemos que decir que así como en la mujer el cáncer de mama y el cáncer de cuello se pueden prevenir y por lo tanto diagnosticar precozmente, en el cáncer de ovario no hay prevención. No existen métodos tampoco eficaces de diagnóstico precoz. Entonces, ¿Qué nos queda? Pues hacer un tratamiento en estadios iniciales. Si tenemos la suerte de que en una revisión rutinaria el hallazgo sea de una tumoración ovárica en un estadio muy precoz, esta eventualidad aumenta las posibilidades de realizar una cirugía que preserve la fertilidad de esa mujer afectada por el cáncer de ovario. Como conclusión, el consejo anticonceptivo para la paciente oncológica, como ya hemos venido diciendo, debe enmarcarse dentro de una valoración multidisciplinaria para poder individualizarse según cada caso y poder responder adecuadamente a todas las inquietudes, dudas y preocupaciones que nos plantean estas mujeres y a las que necesitamos asesorar, ayudar y dar confianza con respecto a su futuro, tanto en cuanto a fertilidad como a contracepción.